Museo
En su natal Nobol, y junto al río que la vio nacer, se construyó una especie de «cripta» para albergar el cuerpo de Santa Narcisa a su regreso de Guayaquil; con la construcción del Santuario, este lugar fue transformado en un museo, donde hoy, los peregrinos pueden observar pinturas e imágenes que recuerdan episodios de su vida y algunos objetos que le pertenecieron.

Objetos del museo
Son pocas las pertenencias de Santa Narcisa que en la actualidad se conservan, esto debido a varios factores, entre ellos el hecho de que la mayor parte de la información que se había recolectado, por parte de Monseñor José Félix Heredia, fue quemada, por considerarse equivocadamente que podría ser material contagioso, ya que el obispo falleció de cáncer.
En la parte central del Museo, se pueden apreciar los siguientes objetos, para conocer un poco más de cada uno de ellos, podemos dar click en cada una de las imágenes.
Niño Jesús de Narcisa
Esta preciosa imagen de Jesús Niño que le peteneció a Narcisa, y que fue el único patrimonio que mantuvo con ella toda su vida, nos ha quedado para la posteridad como un fiel reflejo de la tierna devoción de la niña Narcisa hacia Jesús infante.
Cilicios y corona de rosas
Se observan en esta gráfica, algunos de los instrumentos de penitencia, que durante su vida Santa Narcisa empleó para disciplinar su cuerpo, y que testimonian el sufrimiento al que voluntariamente se sometía diariamente, en su afán de imitar a Jesús en su pasión y de expiar los pecados de sus semejantes.
Hábito dominicano con el que vino a Guayaquil
El hábito de la comunidad de Terciarias Dominicanas, con las que Narcisa vivió durante su permanencia en Lima – Perú, refleja el gran cariño que las hermanas sentían por Narcisa y que las llevó a colocarle el hábito a la joven cuando murió.
Libro de reflexiones espirituales
Este libro, impreso en Barcelona – España, en el año 1834, de la autoría del padre Alfonso Rodríguez, jesuita, fue una obra tantas veces leída por Narcisa, que bajo la guía de sus directores espirituales iban formando su alma en la conciencia de que cuánto más se ama, más se exige y por tanto más debe darse.
Urnas donde estuvo su cuerpo
En el mismo museo, se conservan las tres urnas que albergaron el cuerpo incorrupto de Narcisa de Jesús: aquella donde vino desde Lima, la urna donde permaneció por el lapso de dieciséis años en el templo de San José en Guayaquil y la que contuvo su cuerpo desde que vino a Nobol hasta su traslado definitivo hasta su Santuario.