Retablo Santuario
La atención pastoral y administración del Santuario Nacional Santa Narcisa de Jesús, es llevada por un sacerdote que cumple las funciones de Rector, quien junto al vicerrector, tienen a su cargo la administración y los servicios litúrgicos propios de este tipo de templos.
Desde sus inicios hasta la actualidad, el Santuario ha tenido tres rectores:
No tenemos vino
Esta escena se ubica en las bodas de Caná, donde Jesús hace su primera señal del Reino de Dios transformando el agua en vino. Justamente María es la mujer que interviene ante Jesús para informarle el apuro por el que va a pasar la pareja de novios. María aparece como la mujer previsiva, solidaria, que asume como propio el problema de los novios y de la fiesta. El «no tener vino» alude a tantas situaciones difíciles que toca enfrentar en la vida. Cuando no se tiene el vino del amor en la sociedad, falta entonces la alegría de vivir, no se tiene tampoco paz, no se tiene lo necesario para la vida, no se tiene serenidad.
Señor dame de esa agua
Esta mujer rompe todos los esquemas del momento, pues habla con un varón de igual a igual, se está dirigiendo a un judío con quienes no se llevan. Y le pide el agua viva a Jesús, quien le invita a abandonar su vida desordenada que ha compartido ya con seis maridos. Jesús la llama a una vida nueva a la samaritana, quien se convierte en discípula de Jesús. Jesús ofrece también hoy «esa agua viva» que es su amor y su persona para devolver la dignidad perdida, para fortalecer en el camino de la vida, para luchar contra el abandono y la pobreza. Esa agua no se ha secado, está a disposición de quienes quieran renacer como personas nuevas.
Vete y no peques más
Una mujer ha sido sorprendida en adulterio y se la llevan a Jesús para que haga cumplir la ley de Moisés que contempla como castigo apedrear a la adúltera hasta que muera. Las autoridades judías llevan a este pobre mujer, no tanto para cumplir la ley, sino para tender una trampa a Jesús y poder acusarlo. Utilizan a la mujer como si fuera una cosa. Ante tanto maltrato y abuso, ante la violencia física, sexual y psicológica del que son objeto tantas mujeres en nuestra sociedad, Jesús vuelve a pedir amor y respeto por la mujer en su cuerpo, en su mente, en sus sentimientos, en su persona, Él cree que las mujeres pueden ir caminando por la vida sin volver a caer. Jesús vuelve a darles la mano.
María escogió la mejor parte
En el cuadro vemos a las dos hermanas, Marta y María. La primera está en el fondo dedicada a los trabajos de la casa, mientras que la segunda está a los pies de Jesús escuchando su mensaje. Si bien es verdad que las tareas de cada día son indispensables para la vida, hay que reconocer que tiene una gran importancia fortalecer el espíritu y el corazón con la luz de Jesús. Hay muchas mujeres que trabajan en la Iglesia y en la sociedad con el espíritu de Jesús, alimentándose de la escucha de su palabra y de la Eucaristía, sin descuidar por ello sus labores en casa o fuera de ella, con una admirable generosidad, son mujeres que ayudan para que este mundo sea más humano y más fraterno.
Movido a compasión le dijo: no llores
La escena es conmovedora. Entrando a la ciudad de Naím, Jesús encuentra el acompañamiento del entierro de un hijo único, que era el apoyo que tenía su mamá que era viuda. la mujer iba a quedar totalmente sola y desamparada. Jesús reacciona con una gran compasión sintiendo la pena de aquella pobre madre que quedaba en la orfandad. ¡Cuántas mujeres vuelven a repetir el cuadro de la viuda de Naím! Son mujeres solas que no tienen con quien hablar, mujeres hundidas en la pobreza que deben sacar adelante a sus hijos e hijas, mujeres viudas y ancianas que no reciben atención de sus familiares. Ante estas situaciones dolorosas, Jesús está siempre a la puerta para traer alivio.
Esta pobre viuda ha echado más que todos
La mirada observadora de Jesús está cerca de las alcancías del templo de Jerusalén donde los ricos depositan ofrendas en gran cantidad. Pero a Jesús no se le escapa la presencia de una viuda muy pobre, que también se ha acercado a la alcancía, y ha puesto apenas dos moneditas. Sin embargo, Jesús que no mira solamente lo que aparece, sino que se fija en el corazón, manifiesta que esa pobre mujer ha puesto más ofrendas que todos los millonarios de Israel. En esta viuda pobre están representadas tantas mujeres de nuestro pueblo que padecen numerosas dificultades económicas y que sin embargo viven en un clima de generosidad extraordinaria.¡El amor se construye con obras!